Hace meses Mark Zuckerberg presentó varias actualizaciones: un cambio del site, tanto en sus web como en la app, centrándose en el manido tema de la privacidad y además con un cambio sutil de su isotipo. Su famosísima «f» se ha visto modificada en el color, siempre BLUE, pero ahora más brillante -para los más puristas, del opaco #4069AC al brilli brilli del #067AEA).
De hecho, este cambio último se debe probablemente a que no se destacaba y amenazaba la ceguera típica del internauta, así que también decidieron invertir colores en su página de Facebook business, dando mayor protagonismo a su azul tan característico.
Más recientemente, la marca ha decidido ir un poco más allá y realizar un ajuste de identidad visual, para diferenciar cuándo es aplicación (en la que poco a poco pierde la palabra completa a favor de su inicial) y cuándo es empresa (aquí el salto cualitativo). Pasa a una tipografía personalizada y en mayúsculas, y cambia de color en función de la red social a la que acompaña.
Asumimos este nuevo look, está claro que ahora mismo la empresa capea haters, ataques, escándalos, críticas externas e internas -hasta sus empleados se manifiestan! véase el jaleo provocado con las mentiras de políticos en su red- y un largo etcétera que seguirá dando juego para largo.
Seguramente tú mism@ habrás recibido un mensaje en el cual te aseguran que Whatsapp es una red altamente insegura y que tus secretos más sagrados pueden hackearse en menos de lo que canta un gallo. Quizá con la coletilla: » pásate a Telegram, es mejor».
Veamos si su cambio logra el objetivo de lavado de face, aunque auguramos más cambios. Esto no queda aquí, y nos parece de lo más normal: es Facebook y no puede estar exento de polémica, como todo buen gigante…
Por cierto, ¿y tú? ¿te irás de Facebook?