Para definir rápidamente los dos conceptos, hablaremos de la dirección en que se sitúa la marca respecto al consumidor potencial: inbound lo pone fácil y atractivo para que el usuario encuentre la marca, el segundo busca al usuario para ofrecerle su marca; el primero es puro marketing de atracción, mientras que el segundo (y más utilizado hasta hace una década) es marketing de repetición…
Vamos, que no es lo mismo hacer push que pull, está claro. ¿Se ha acabado la era del telemarketing? ¿Adiós a los spots en TV? ¡No necesariamente!
El IM es un nuevo modo de entender el marketing, nació con las redes sociales y la conversación digital con el usuario. Es una técnica de comunicación bidireccional e interactiva, que tiene por objetivo aumentar las visitas a una web, blog o red social, para convertirlos en leads. Los leads son aquellos usuarios que al conocer la empresa mejor, se vuelven en clientes fieles a la marca.
Inbound se enfoca en el consumidor y en la información que espera. Crea contenido personalizado en función de las preguntas, necesidades o requisitos de los clientes potenciales, que se transmite a diario por la red. Mediante esta estrategia que combina contenido, SEO y acciones en redes sociales, se logra dar la información que el usuario requiere y así atraerle de un modo sólido, cautivando su atención y fidelizándole por convencimiento más que por obligación.
Outbound no puede personalizar, es más intrusiva, “persigue” al usuario. El mensaje es unidireccional, no aporta valor añadido más allá de la oferta intrínseca de la marca, y raramente entretiene.
Si pasamos al terreno del coste y del alcance, el IM y el OM también son distintos. El Inbound, suele resultar más económico y además abre su radio de acción, puede difundirse más allá de las fronteras, internacionalizarse a un coste relativamente pequeño si se compara con el mismo objetivo de difusión mediante el Outbound. Los consumidores consultan más la red que la prensa escrita o la televisión, por lo que realizar acciones en la red, una vez más, está demostrado que resultará seguramente más beneficioso en este medio que en otros.
La web, el blog o las redes sociales aportan contenido, añaden valor. Quien todavía dude de la importancia de un correcto diseño, navegabilidad, velocidad o funciones de un sitio web, tendría que despertar de su letargo.
Ok, si habéis llegado hasta el final del artículo, aquí nuestra opinión: ambos medios y ambas técnicas tienen que ir de la mano, por mucho que el terreno digital y el inbound obtengan buen resultado, no debemos olvidar que la publicidad tradicional, las acciones offline, la excelencia del producto o servicio y el trato personal en tienda, “lo de toda la vida”, siempre van a tener un peso específico y marcarán la diferencia del éxito o el desastre. El consumidor debe tener una buena experiencia digital y real, debe poder percibir la coherencia de la marca, online y offline.