6 consejos para evitar ser SPAM

El e-mail marketing es uno de los canales más utilizados por las marcas y empresas de todos los sectores. Por lanzar un dato significativo, en un estudio reciente de la plataforma SPLIO se analizó más de 238 millones de e-mails enviados en verano de 2015, registrando un incremento del 73,41% de la tasa de apertura de e-mails de marketing (en móvil), en los últimos cinco años. Las marcas cuentan con un gran aliado, un canal que está viviendo grandes cambios que van desde la hipersegmentación al incremento de visualización de newsletters a través de dispositivos móviles.

Desde el punto de vista de la protección al usuario, existe una finísima línea entre la publicidad consentida y la invasión del buzón ajeno. Por ello el uso de e-mail marketing, correo publicitario y newsletters, está sujeto a una normativa muy estricta, para proteger(nos) del consabido correo no solicitado (SPAM).

En la medida de lo posible, evitemos caer en el etiquetado de SPAM, o lo que le sigue habitualmente, entrar en algunas blacklists. 

Os indicamos algunas de las pautas a seguir:

#1. No hacer SPAM: ¡Evidente! pero merece la pena tenerlo top of mind. Más o menos todos entendemos la diferencia entre enviar correos masivos o impersonalizados, sin el consentimiento del destinatario, y el envío de publicidad o información corporativa a bases de datos controladas. Ante la duda de si pueden considerarte SPAM, revisemos los siguientes puntos.

#2. BBDD saneadas: la base de datos debe estar actualizada y sin correos erróneos. La tasa de envíos improductivos o innecesarios se reduce, eliminando el posible rastro de SPAM (aunque no lo sea conscientemente).

Una vía de suscripción es el modo más indicado para obtener e-mails para nuestra BBDD (Opt-in, el modo más común: captar e-mails dentro de la propia web mediante formularios o enlaces del tipo “Suscríbase a nuestra newsletter”). Ofrezcamos un modo claro de darse de alta y de baja.

Sobre todo, evitemos la compra de listados de e-mails de fuentes no fidedignas, la mayoría llevan contenido falso. Idealmente, también se aconseja conservar la dirección IP de los suscriptores, en caso de tener que “conversar” con ISPs y listas negras.

#3. IP dedicado: Internet Protocol (IP) es el número que identifica un dispositivo en una red (ordenador, router, impresora…). Llevan un cargo adicional pero la ventaja es que el proveedor de internet nos garantiza que sólo la usemos nosotros sin que nos veamos afectados por el uso de terceros. Las dinámicas son las más comunes, y suelen reasignarse constantemente, lo cual deja un historial negativo que puede manchar nuestra reputación.

#4. Filtro Bayesiano: sin extendernos mucho en este tipo filtro (método estadístico descubierto por Thomas Bayes (matemático del s.XVIII), comentar que el contenido es crucial. El cálculo automático de frecuencia de las palabras, probabilidad de ocurrencia y otros factores, forman parte de la mecánica de este filtro de contenido.

Las palabras pueden asociarse a SPAM o no-SPAM en función de ciertos parámetros, por lo que es importante vigilar qué ponemos en el ASUNTO. El porcentaje de “spamicidad” va acumulándose, al superar el 90% se cataloga automáticamente de SPAM.

Evitemos palabras agresivas (Gratis, Free, Descuentos), las mayúsculas, el uso de símbolos repetidos (¡!), instrucciones poco concisas etc.

#5. Código HTML: hay imágenes que no se visualizan en algunos e-mails (webmails sobre todo), evitemos texto editable sobre imágenes de fondo, usemos etiquetas (ALT) en las imágenes (descriptivas), apliquemos CSS directamente (las externas pueden eliminarse por el sistema webmail), no usemos Flash ni imágenes animadas…

#6. Seguimiento: siempre es mejor monitorizar los ratios de entrega, asegurarnos de que nuestro correo será aceptado por los principales ISP (15 ISP representan el 60% del mercado), vigilemos nuestra aparición en Blacklists y actuemos en consecuencia.

Para conocer nuestro IP, sobre todo si es dinámica, un modo rápido es entrar en páginas como Cualesmiip o DNSqueries, que en cuestión de segundos nos mostrarán nuestra dirección.

Existen también muchas web que nos indicarán en tiempo real si nuestra IP está en una lista negra. Una blacklist es una lista donde se registran direcciones IPs que generan SPAM de forma voluntaria o involuntaria. Algunas de las más conocidas son MXtoolbox y BlacklistAlert.

Si estamos en alguna Blacklist no siempre es sencillo salir de allí, pero no imposible. Una de las opciones, si disponemos de IP dinámica, es pedir a nuestro proveedor que nos asigne a una nueva dirección. Si esto no funciona, podemos solicitar a la propia lista negra que elimine nuestra IP, argumentando que no somos SPAM o que el motivo posiblemente provenga de tener una IP con historial “compartido”.

¡Feliz e-mail marketing!

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