¿Has pedido aquella preciosa camiseta de marca y te han traído un bolso, y ya tienes 8? ¿Pediste a los Reyes un ordenador y te han traído un robot de cocina? ¿Otro par de calcetines, en serio? Puedes cambiarlos, si estás de suerte y hay tiquet de devolución. En otros casos, no hay tiquet pero puedes revenderlo por tu cuenta, o regalarlo a terceros…
Cuando son «regalos infumables», a menudo decorativos, que no pueden ser devueltos (suelen venir sin posibilidad de cambio) y a duras penas podrás recolocarlos, estamos hablando de los «pongos» (¿dónde lo pongo?!). También son objetos del regifting, sólo cambia el idioma. Y parece que va más allá de las épocas navideñas: hay quien aprovecha cualquier comida o cena familiar o entre amigos -de confianza-, para hacer intercambio de pongos.
Una buena alternativa es la donación. Hay varias ONG que aceptan gustosamente todo aquello que nos sobra o no queremos conservar, sin duda en esta era de consumismo vs pobreza, sería de agradecer que se llenaran mucho más las ONG que las tiendas…
Para acabar, mencionar que dado el incremento de esta práctica y la facilidad de realizarla off y online, los medios de comunicación también se suben al carro para intervenir en la movida. Se realizan auténticas campañas de regifting, organizando incluso concursos en los que se utiliza el hashtag #regiftingDay y otros similares, a cambio de premios (en metálico, algunos oscilan entre 300€ y 700€). Son populares no solamente en redes sociales, en la radio y televisión también se lanzan espacios dedicados a este término y los oyentes participan en directo compartiendo sus anécdotas. La primera campaña y más importante (por volumen) es la que empieza el día 7 de Enero, moviendo un considerable volumen de productos con precio de «oferta», en paralelo a las rebajas habituales en la mayoría de comercios de a pie.